5.3.- Repercusiones En La Conducta y/o Emociones.

 

¿Qué son las emociones?

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que las personas tenemos ante situaciones relevantes como por ejemplo: peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, novedad, asco, etc. Las emociones son de carácter universal, ya que se tienen las mismas emociones independientemente de la cultura de origen.

Podemos distinguir al menos dos grupos de emociones: las positivas y las negativas. Entre las negativas se encuentran: la ansiedad, el miedo, la ira, la tristeza y el asco, ya que producen reacciones básicas que se caracterizan por una experiencia afectiva desagradable y con una alta activación fisiológica. Entre las emociones positivas se encuentran:  la alegría, la sorpresa, la satisfacción. Sin embargo, hay una cierta controversia en relación con qué entendemos por emociones positivas y negativas y su verdadera naturaleza.

Por tanto, podemos entender la emoción como una experiencia multidimensional con al menos tres sistemas de respuesta: cognitivo/subjetivo, conductual/expresivo y fisiológico/adaptativo. La predominancia en cada una de las dimensiones varía en función de la emoción, la persona o la situación determinada.

¿Para qué sirven las emociones?

Todas estas emociones básicas tienen una función preparatoria para que le individuo pueda dar una respuesta correcta al ambiente, por lo que se consideran respuestas adaptativas, es decir pueden actuar como motivadores de conducta. Sin embargo, cuando existen un desajuste o hay una emoción negativa (como la tristeza) que se mantienen en el tiempo, puede dar lugar a un trastorno en su salud, tanto mental como física.

¿Cómo afectan las emociones en la conducta?

Desde la terapia cognitiva de Ellis, se propone el modelo ABC, en el que A se refiere a los hechos activadores mientras que B al bloque de pensamientos, creencias o evaluaciones de los pacientes y finalmente C a las consecuencias emocionales o conductuales. Dependiendo de si tenemos una u otra emoción hará que tengamos una conducta final concreta.

Pongamos un ejemplo, se da la situación que veo a un amigo y no me ha saludado. De esta situación se deriva una emoción que puede ser positiva o negativa. Si es positiva, pensaremos que no nos ha visto y, por lo tanto no le daremos importancia con lo que cuando lo volvamos a ver nuestra conducta será igual que siempre. Sin embargo, si nuestro pensamiento es negativo y, por tanto, pensamos que es un mal amigo, la siguiente vez que lo veamos ya no querremos hablar con él.

Vemos entonces, que ante una misma situación, según el pensamiento y la emoción que estaba debajo, modificaremos la conducta en función de ella.



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