2 MÉDULA ESPINAL Y NERVIOS PERIFÉRICOS

Médula espinal

 La médula espinal es una larga y frágil estructura tubular que comienza al final del tronco del encéfalo y continúa hasta casi llegar al final de la columna vertebral. La médula espinal está constituida por haces de axones nerviosos que transportan los mensajes entrantes y salientes entre el encéfalo y el resto del organismo. La médula espinal contiene circuitos neuronales dentro de sí misma que controlan los movimientos coordinados, tales como caminar, nadar o bien orinar.

La médula espinal, al igual que el encéfalo, está recubierta por tres capas de tejido, las meninges. Tanto la médula espinal como las meninges están contenidas en el interior del conducto raquídeo, o canal medular, que discurre por el centro de la columna vertebral. En la mayoría de los adultos, la columna vertebral está integrada por 33 huesos individuales, las vértebras. Así como el cráneo protege el encéfalo, las vértebras protegen la médula espinal. Las vértebras están separadas entre sí por discos de cartílago, que actúan como amortiguadores al reducir las fuerzas sobre la columna vertebral generadas por movimientos como caminar y saltar. Las vértebras y los discos de cartílago se extienden a lo largo de la espina dorsal y juntos forman la columna vertebral.

Organización de la columna vertebral

La columna vertebral está formada por una columna de huesos denominados vértebras. Estas vértebras protegen la médula espinal, una estructura frágil y alargada contenida en el conducto raquídeo, que recorre el centro de la columna. Entre las vértebras hay discos compuestos de cartílago, que ayudan a amortiguar la columna vertebral y a darle cierta flexibilidad.

La médula espinal, al igual que el encéfalo, está recubierta por tres capas de tejido, las meninges.





NERVIOS PERIFÉRICOS

Los nervios periféricos envían mensajes del cerebro y la médula espinal al resto del cuerpo. Nos ayudan a hacer ciertas cosas; por ejemplo, sentir que tenemos los pies fríos y mover los músculos del cuerpo para caminar. Los nervios periféricos están hechos de fibras llamadas axones que son aisladas por los tejidos circundantes.

Estos nervios son frágiles y se dañan fácilmente. Una lesión nerviosa puede afectar la capacidad del cerebro para comunicarse con los músculos y los órganos. El daño en los nervios periféricos se llama neuropatía periférica.

Es importante recibir atención médica para una lesión del nervio periférico tan pronto como sea posible. El diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden prevenir las complicaciones y el daño permanente.

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